-Genial-pensé- Las cinco de la mañana y ya tocando los huevos. ¿El crimen no descansa en Miami?
Me duché en 1 minuto 03 segundos. Podía haber sido mucho más rápido pero me quedé dormido. Preparé la tostadora y el café, me vestí y el timbre sonó.
-¿Hoy entra por la puerta? ¡Sorprendente!-pensé.
Abrí y no había nadie, excepto un trozo de papel arrugado y yo. Desenvolví la notita y la leí. "Gírate" ponía.
Obedecí y allí estaba ella. Tan sexy y apetecible como las tostadas que sostenía en la mano.
-¿Y cual es la misión hoy?
-Pilla una cuerda, te cuento arriba.
Mi techo se vino abajo, como era de esperar. Dos cuerdas asomaban sus puntas por el agujerazo. Me agarré a una y Leah a la otra. En cinco segundos estábamos en nuestro jet privado.
-¿Te acuerdas de Ene X?
-Como olvidarle...me rompí una pierna por su culpa-murmuré.
-Pues escapó de prisión y está haciendo de las suyas.
-¿Ha atracado un banco? ¿A violado a alguien? ¡Ah no! Seguramente ya ha cometido un asesinato, ¿no?
-Peor...ha robado al perro del jefe.
Me reí. Leah me miraba de mala gana. En cualquier momento explotaría su mal genio y Miami temblaría.
-Va enserio. El jefe quiere que recuperemos a Miranda.
-¿Quien es Miranda?-pregunté.
-Mi abuela, no te jode-suspiró-Es el caniche robado.
-¿Me habéis despertado a las cinco de la mañana para rescatar a una bola gorda y peluda con patas?
-¿Tu que crees?-preguntó sarcásticamente.
Moví la cabeza y me planteé la situación. Necesitábamos recuperar el perro del jefe o nos echaría a la
-¿Como vamos a cogerlo? ¿Sabes donde se esconde?
-No se ha escondido. Esta en medio de la calle.
-¿Y como narices vamos a aterrizar?
-No vamos a hacerlo.
-¿Entonces?-pregunté atónito.
Para cuando quise darme cuenta ya estaba cayendo del avión. Leah me saludaba desde arriba. Debería de estar acostumbrado a estas cosas pero aún a estas alturas, seguía sorprendiéndome.
With all my love!, xx Antía Cheshire.